Actualmente, aunque en los últimos años se haya
evolucionado considerablemente, los métodos de planificación familiar siguen
siendo una tarea pendiente.
Prueba de ello, es el artículo que hemos
seleccionado para comentar este tema. Se centra en un país en vías de
desarrollo, en concreto, Guatemala. En este país, sólo en medio año se han
registrado 1.103 partos de niñas entre 10 y 14 años y 37.655 partos de
adolescentes entre 15 y 19 años según el Observatorio de Salud Sexual y
Reproductiva (OSAR).
Son cifras escandalosas y, como hemos podido
observar, el inicio cada vez más temprano de relaciones sexuales aumenta los
riesgos de embarazo involuntario. Por ello, se requieren de procesos de
promoción de la salud que estén sustentados con información clara y evidente
sobre los riesgos que conlleva mantener relaciones sexuales sin protección. Es
muy importante conocer qué saben los adolescentes y cuáles son sus prácticas y
actitudes para el diseño de estrategias que constituyan el proceso de
planificación familiar.
El problema reside en que los jóvenes no están bien
informados sobre ello. Ya sea en este país subdesarrollado, el cual no dispone
de medios ni educadores que transmitan información sobre métodos
anticonceptivos; o en países desarrollados. En estos últimos, aunque si existan
todo tipo de medios para transmitir el mensaje, el error se encuentra en la
forma de comunicarlo: se dispone de profesores, de enfermeras y todo tipo de
trabajadores cualificados en la materia que no son capaces de inculcar la
importancia del uso de anticonceptivos ya sea por falta de tiempo (como por
ejemplo, el caso de multitud de enfermeras, ante falta de personal en los
hospitales, asumen mayores cargos de los que les corresponderían y no tienen
tiempo para hacer una buena educación sanitaria) ; porque los jóvenes se tomen
a risa este tema (en el caso de los profesores, cuando intentan tratar esta
cuestión en clase, los chavales se comportan como “animales” tomándose este
tema como divertimento, por tanto, los educadores optan por quien tenga interés
que se informe en Internet o que recurra a ellos en una tutoría privada); o
porque los padres nunca han tenido esta conversación con sus hijos porque aún
sigan teniendo pudor para tratar este asunto y consideren tabú hablar de él.
También hay que desmitificar los mitos que hacen que
los jóvenes lleven a cabo malas prácticas sexuales como por ejemplo: considerar
la marcha atrás como un método anticonceptivo seguro o creer que los métodos
anticonceptivos naturales como la temperatura o el calendario tienen gran
eficacia. Todo ello se resuelve con una buena educación para salud.
Por tanto, es de vital importancia, instaurar una
educación sexual y reproductiva de calidad en hospitales e institutos para
concienciar a los adolescentes y evitar que éstos tengan embarazos indeseados.
Una interesante técnica de concienciación es la llevada a cabo en Guatemala.
Han dotado a niñas de bebés electrónicos para que se den cuenta que el sexo sin
protección no es un juego y que puede traer graves consecuencias: cuidar y
educar a un bebé a su temprana edad. Nos parece un método bastante efectivo ya
que las niñas pueden simular cómo sería su día a día si de verdad el bebé fuera
real. Con ello, se conseguirá que los adolescentes no traten la salud sexual
como un tema sin importancia y empiecen a tomar medidas seguras.
Referencias
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